martes, 8 de diciembre de 2020

Álvaro Muñoz Cuellar

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Álvaro Muñoz Cuellar, fue el telefonista de los Ferrocarriles Nacionales, que con su voz se convirtió en gran figura de la radio deportiva vallecaucana. Un grande, un hombre de reconocidos pergaminos y de basta trayectoria, que nadie ha podido olvidar. Otro de los maestros que abrieron la senda y que forjaron el destino del periodismo deportivo de la comarca.

La “Voz de Colombia” en 1938, efectuó un concurso para locutores que fue patrocinado por Esso Colombiana, para escoger el encargado de leer “Reportes Esso” que era el boletín oficial de la segunda guerra mundial y se emitía en el noticiero “Ecos de Occidente” de la misma radiodifusora. Se presentaron 300 aspirantes a este concurso que dirigió Joaquín Durán Tejada y al final fueron seleccionados: Luís Alberto Valencia, Alberto Iragorri y el mismo Álvaro Muñoz Cuellar.

Este fue el inicio de una de las más grandes figuras de la radio deportiva del Valle del Cauca quien nació en Bella Vista, corregimiento ubicado entre los municipios de Yumbo y La Cumbre, el 6 de Junio de 1921. Inicialmente laboró como telefonista de los Ferrocarriles Nacionales y en su infancia colaboraba con su señora madre, dando indicaciones para dar vía libre a los trenes que iban de Cali hacia Buenaventura.

Después de estar en la “Voz de Colombia”, llegó a “Radio Cali” hoy llamada “Radio Reloj”; después su carrera trascendió por “Radio Cultura” que es la actual “Radio Melodía”, RCO ahora “Radio Súper”, “La Voz de Valle”; también fue director artístico de “Radio Pacífico” y “La Voz del Río Cauca”, la emisora más potente del sur occidente colombiano, en aquella época con cincuenta kilovatios.

En sus inicios se inclinó por ser abogado, pues siempre le inquietó la política y estuvo incursionando en las lides sindicales, siendo un defensor incondicional de los derechos del periodista y del trabajador.

Asistió a varios Juegos Olímpicos y por eso se ganó el remoquete de “El Olímpico”; en la Vuelta a Colombia sus compañeros y oyentes lo identificaron como “El Poeta de La Vuelta” y también lo conocieron como “Panelita” Cuellar, porque consumía mucha panela para mantener bien aceitada la garganta y entregar la información con una voz nítida. Sus primeras incursiones en la Vuelta a Colombia fueron con RCN, luego lo hizo en Caracol. Fue el locutor y anunciador oficial de la Lotería del Valle. Se jubiló en 1979 después de veinte años en la cadena Caracol y continuó vinculado a la radio presentando programas de relaciones humanas, superación y medicina alternativa, a través de “Radio Reloj” y “Radio Tigre” de Caracol, y finalmente en el Grupo Radial Colombiano.

Una de sus grandes pasiones fue el fútbol. Siempre siguió al América y nunca lo negó. Su hijo Álvaro Muñoz Castro, hoy empresario y agente de jugadores, llegó al fútbol profesional iniciándose en las inferiores del Deportivo Cali y debutando en primera con el América, situación de enorme complacencia para Muñoz Cuellar.

Vivió en carne propia la explosión de los camiones repletos de dinamita del 7 de agosto de 1956. Transmitió su propia desgracia y después de la catástrofe recibió la ayuda del gobierno venezolano que donó a Santiago de Cali, la unidad residencial “República de Venezuela” que hoy se conoce como “Edificio Venezolano”, frente a los talleres de “Chipichape” donde residió hasta el final de sus días. Falleció en Cali el 21 de junio de 1982 a la edad de 61 años. Fue presidente de Cicrodeportes del Valle del Cauca y directivo de la Acord Colombia; siempre laboró para mejorar el status de los periodistas, no solo del departamento, sino de todo el país.

Reconoció en Carlos Arturo Rueda Calderón al mejor narrador de toda la historia de la radio colombiana y lo admiró profundamente. Tuvo la fortuna de compartir con los grandes del micrófono como Pastor Londoño, Jaime Tobón de la Roche, Eucario Bermúdez, Julio Nieto Bernal y Carlos Arturo Rueda, entre las figuras con las cuales laboró o compitió. En su etapa más brillante con Caracol en Santiago de Cali contó con Guillermo García Jaramillo como su primer comentarista en 1965, quien luego fue reemplazado por Emilio Fernández de Soto y también lo acompañaron entre otros, Mario Posso y Luís Fidel Moreno Rumié. Como voz comercial tuvo a Milton Fabián Calle y compartió la narración con Oscar Arango Flórez. Fue maestro de Esaú Jaramillo Montaño en sus primeros pasos como relator.

Siempre fue amigo de sus amigos, para nada egoísta, hombre sincero y leal. Antes de iniciar una transmisión o la lectura de un boletín de noticias, utilizó una frase que lo hizo eterno: “Salud, amigos del deporte”.

Del Libro "Plumas y Voces" Deportivas del Valle del Cauca
Por: Víctor Hugo Núñez Mora - ACORD VALLE DEL CAUCA 

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