Esta vez llegamos al 2 de julio, día dedicado al periodismo deportivo internacional, en una condición psicológica muy particular: algunos esperábamos haber salido ya de la pesadilla del COVID-19, otros aún viven por miedo al contagio. El deporte continúa, intenta ofrecer esperanzas de que lo peor haya pasado, pero no hay certeza de que la tormenta haya pasado. Mientras tanto, nuestra profesión está sufriendo, le cuesta respirar como si estuviera afectada por Covid-19, pero hay otras causas de este sufrimiento.
Organizadores, federaciones, clubes nos están quitando el aliento, es decir, el acceso a las fuentes. Algunas limitaciones vienen justamente dictadas por la situación de salud, pero otras son el resultado de un plan preciso que quiere dejarnos al margen, cebados solo con notas de prensa, los perfiles sociales de los campeones, que muchas veces son manejados por agencias de relaciones públicas, y rumores orquestados por los que están en el poder. También quieren reducir el número de periodistas presentes en el estadio y luego abolir gradualmente las zonas mixtas. Ahogando, lógicamente de forma suave, la libertad de expresión en el mundo del deporte.
Los principios que gobiernan la vida social ya no son de interés; solo quieren explotar los instintos inferiores del público. Por eso debemos reaccionar, porque si aceptamos supinamente los cambios que se están produciendo, las nuevas generaciones tendrán un futuro sombrío y eso no es correcto. El deporte también es cultura, como lo es el periodismo deportivo, como lo demuestra el éxito de nuestros premios AIPS Sport Media Awards. Defendemos esta cultura y el futuro de un deporte limpio y educativo.
Organizadores, federaciones, clubes nos están quitando el aliento, es decir, el acceso a las fuentes. Algunas limitaciones vienen justamente dictadas por la situación de salud, pero otras son el resultado de un plan preciso que quiere dejarnos al margen, cebados solo con notas de prensa, los perfiles sociales de los campeones, que muchas veces son manejados por agencias de relaciones públicas, y rumores orquestados por los que están en el poder. También quieren reducir el número de periodistas presentes en el estadio y luego abolir gradualmente las zonas mixtas. Ahogando, lógicamente de forma suave, la libertad de expresión en el mundo del deporte.
Los principios que gobiernan la vida social ya no son de interés; solo quieren explotar los instintos inferiores del público. Por eso debemos reaccionar, porque si aceptamos supinamente los cambios que se están produciendo, las nuevas generaciones tendrán un futuro sombrío y eso no es correcto. El deporte también es cultura, como lo es el periodismo deportivo, como lo demuestra el éxito de nuestros premios AIPS Sport Media Awards. Defendemos esta cultura y el futuro de un deporte limpio y educativo.
Día Mundial del Periodista Deportivo 2021: “Es difícil respirar. Debemos proteger nuestro acceso a las fuentes "
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